El vínculo entre los humanos y los perros no solo se basa en la convivencia, sino también en un intercambio emocional profundo que ha despertado el interés de investigadores en los últimos años. Este fenómeno, conocido como contagio emocional, tiene raíces psicológicas, fisiológicas y comportamentales, y es una forma primitiva de empatía que permite compartir sentimientos entre especies.
La Base Fisiológica del Contagio Emocional
Diversos estudios han demostrado que las emociones entre humanos y perros pueden transmitirse a través de factores fisiológicos, como la emisión de hormonas y cambios en el olor corporal. Por ejemplo, la oxitocina, conocida como la "hormona del amor", juega un papel crucial en el vínculo afectivo entre perros y sus dueños.
Según Miho Nagasawa (2015), una simple mirada entre el perro y su humano es suficiente para elevar los niveles de oxitocina en ambos, de manera similar a cómo este proceso refuerza el vínculo entre madres e hijos durante la lactancia.
Por otro lado, los perros también responden al estrés humano. Se ha observado que pueden experimentar un aumento de cortisol (la hormona del estrés) cuando oyen llorar a un bebé, lo que refleja su capacidad de percibir y reaccionar ante nuestras emociones.
Empatía Afectiva: El Puente Emocional
El contagio emocional está relacionado con la empatía afectiva, la habilidad de comprender y compartir los sentimientos de otros. Los perros demuestran esta forma de empatía al reaccionar no solo al estado emocional de sus dueños, sino también al de personas desconocidas.
Un estudio reciente de Meyers-Manor y Botten (2020) mostró que los perros prestan más atención, tanto visual como física, a las personas que lloran en comparación con aquellas que ríen. Además, los perros experimentaron mayor estrés cuando era un extraño quien mostraba emociones de tristeza.
La Evolución de la Conexión Emocional
La capacidad de los perros para leer nuestras emociones se desarrolló a lo largo del proceso de domesticación, permitiéndoles adquirir habilidades de comunicación similares a las humanas. Este contagio emocional tiende a intensificarse cuanto más tiempo pasan los perros y sus dueños compartiendo el mismo entorno, fortaleciendo así su vínculo.
Empatía Canina en Intervenciones Asistidas con Animales (IAA)
En el ámbito de las Intervenciones Asistidas con Animales (IAA), esta empatía afectiva y contagio emocional resultan especialmente valiosos. Los perros son capaces de reaccionar de forma autónoma a los sentimientos de las personas, lo que los convierte en excelentes compañeros en sesiones diseñadas para brindar apoyo emocional.
Ya sea mediante una mirada cargada de afecto o una reacción a nuestro estado emocional, los perros son un ejemplo vivo de cómo las emociones pueden unir a diferentes especies. Su capacidad para empatizar con nosotros no solo fortalece nuestro vínculo, sino que también subraya el poder de la conexión entre humanos y animales.
¿Has notado cómo tu perro responde a tus emociones? ¡Comparte tu experiencia en los comentarios! 😊